El ojo del cíclope

André Breton se refiere al “ojo en estado salvaje”, un ojo que se niega a acostumbrarse a su visión y a caer en la monotonía. Apasionado por esta idea, la lleva hasta el final y afirma algo que no me parece tan raro:  “puedo ver de manera diferente a como ven todos los demás, e incluso empiezo a ver lo que no es visible”.

De esta manera podemos descubrir el ojo (en singular) como símbolo del surrealismo, el ojo como prolongación de la mente, más que como un simple sensor o dispositivo de entrada. Así, cuando cojo mi cámara veo a través de un solo ojo, como Brontes o Polifemo. Y sin embargo, aunque las leyes de la física dicen que mi mirada sería carente de perspectiva, mi imaginación compone la imagen que quiero ver en todas sus dimensiones. ¿Qué fue antes, la mirada o el pensamiento? De alguna manera busco las líneas que dicen lo que mi mente ha estado tramando, del lugar donde están mis vivencias y mis deseos extraigo lo necesario para sacar una conclusión en forma de imagen fotográfica.

Pero volviendo a Breton, mi mirada será siempre diferente a lo que ven los demás, de ahí que cada persona va configurando su propio modo de mirar con su trayectoria de hombre libre, sus convicciones, preferencias, sensibilidad y afinidades. Como dice Maalouf, aunque parece que en el fondo de cada uno sólo hay una pertenencia que importa, una “verdad profunda”,  nuestra identidad está formada por múltiples factores que condicionan una personalidad única e irrepetible. Cuando pertenecemos a un grupo sentimos la influencia de los demás, de los cercanos y de los contrarios, pero ese hecho también nos enriquece y aumenta nuestro bagaje, siempre que sea de una manera tolerante con las diferencias.

En el ambiente fotográfico existe la costumbre, demasiado frecuente, de formar grupos cerrados donde todos actúan y piensan de manera uniforme, hasta que en algún momento podrían hacer la misma foto. Para intentar contrarrestar esta especie de predisposición, aquí vamos a tratar de que aparezcan opiniones sobre fotografía, pero más que hablar de técnica vamos a conversar porqué hacemos lo que hacemos y lo deseable sería que no pensáramos todos igual.

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