domingo, 1 de febrero de 2015

Paseando con el sombrero

Lino Bielsa.- La niebla cubre el paisaje, solamente se perciben las cepas cercanas como sombras fantasmales. A cada paso crepita la tierra bajo la suela de las botas, el roce se la ropa se percibe con más intensidad de lo habitual, los ruidos exteriores casi no se oyen, acaso el chisporrotear de la línea eléctrica de alta tensión y, solo al pasar bajo ella. El simple atuendo del sombrero impermeable, para evitar que la humedad de la niebla penetre en la cabeza, produce un aislamiento del mundo exterior, creando un estado en el que solo existe el paseante y sus ruidos. Si en un momento del paseo, por cualquier motivo, nos descubrimos la cabeza, la percepción cambia, es como si nos abriéramos al exterior, pierden intensidad nuestros propios ruidos incrementando su intensidad los del entorno. Lo individual pierde intensidad frente a lo general.

Con estas reflexiones me encontraba mientras intentaba pensar en el próximo trabajo fotográfico; tipo de cámara, película, lugar de la toma, y otras minucias que se plantean a la hora de ejecutar el proyecto.

No es baladí la elección de la cámara, esta indica casi el camino del trabajo. Si el ir tocado con un sombrero modifica la percepción de la realidad, la forma de observarla para su manipulación aun más.

Con una cámara compacta, teléfono, tablet... la fotografía que obtenemos es generalmente demostrativa de la existencia de algo para darlo a conocer al grupo de amigos, o el simple, yo he estado aquí. Es una fotografía en el que el ambiente que nos circunda tiene más potencia que el propio acto fotográfico, pasando este a ser casi un acto reflejo, La fotografía no es el fin sino el complemento del acto que estamos viviendo. No digo yo, que con algún esfuerzo complementario se puedan realizar fotografías de otra índole.

Yo ya entiendo que las pantallas de enfoque de las modernas cámaras digitales tiene su utilidad, pero uno tiene sus manías, no es lo mismo aislar la imagen mediante la pantalla de enfoque digital que con el visor, estamos otra vez entre el estar en la escena u observar la escena, La pantalla se observa con los dos ojos, una mirada normal, y la otra miramos a través del visor con lo que ya se produce algún aislamiento con el ambiente, tomamos distancia sobre la escena y, la separamos del todo, en muestra mente hemos creado una imagen que se queda aislada, haciendo interprete a este fragmento del conjunto de la escena.

Podría alárgame con más disquisiciones de tipo técnico, pero con esta pequeña nota creo que se entiende lo que pretendo decir.

Cuando trabajamos con película la cosa se complica un poco más; si se trabaja en blanco y negro podemos elegir películas que nos recuerden por su grano o su factura a las clásicas o al grano en T, rápidas o lentas, marca de nuestra preferencia o con la que obtenemos mejores resultados... Cuando es el color sucede lo mismo pero el asunto hoy en día ha quedado reducido a Kodak, Fuji o alguna otra marca marginal, yo particularmente prefiero la Kodak para arquitectura y fidelidad de colores y la Fuji cuando debo trabajar con naturalezas de tonos muy verdes.

Todo esto viene complicado cuando hay que decidir el objetivo a utilizar, los teles no solo tienen la misión de acercar, también comprimen la profundidad de campo amontonado la imagen, para todo lo contrario sirve el gran angular...

Con estas reflexiones me encuentro aún con los formatos de 35 mm o equivalentes, si comienzo ahora a decidir el formato en el que pienso realizar el trabajo, entran las disquisiciones anteriores además de rapidez de ejecución de la toma, características de la escena, tipo de fotografía... me veo ya como siempre tardando tres o cuatro meses antes de ponerme efectivamente detrás de la cámara.

Hay algunos que somos lentos por naturaleza o bien podría ser por falta de preparación, pero mi consejo es que quien pretenda ponerse detrás de la cámara fotográfica piense un poco antes de realizar alguna toma.

Como se puede comprender no estoy hablando del reportaje foto periodístico que necesita una preparación especial, buenos reflejos además de una técnica envidiable. Hablo de un fotógrafo que realice fotografías que despierten algún tipo de sentimientos, y no el puñetero "que bonito, es igual que la realidad".

Bueno, de como elijo una cámara u otra es un tema un poco más largo que puede ser objeto de una perorata excesiva, por otra parte como dudo que esto lo lea alguien, es suficiente para predicar en desierto.

jueves, 6 de noviembre de 2014

La calle es mía

Sobre la exposición Ningún lugar, cualquier lugar, de Vicente Mascuñano

Antonio Lachós.- Entre mirar y ver hay la misma diferencia que existe entre abstenerse y votar: lo segundo lo hace cualquiera, mientras lo primero supone una decisión consciente y reflexiva. Mascuñano se olvidó de ver las cosas hace ya tiempo y mira el lugar en el que vive con la atención del cirujano, sin pensar en la imagen que quiere conseguir, pero teniendo muy claro los principios insobornables de la mirada, a saber: mirar sin ver, mirar sin querer recordar.

Fotografiar el pueblo del que es uno es el mayor rito iniciático que puede enfrentar un fotógrafo. Desconozco si Vicente es de Barbastro. El tema no es baladí: si no es tu pueblo, no hay ritual, no hay riesgo ni hambre atrasada. Pero sí es el tuyo se acaban la excusas, es un viaje del que no se asegura regreso y en el que lo más difícil es decidir el momento de la partida porque allí solo habrá asideros con espinas, agua en los zapatos y viento con arena. Tampoco creo que esa pregunta deba tener respuesta, es mejor dudar.

En las fotos de Cualquier lugar, ningún lugar están los ecos de las sombras, pero también hay algo de Kertesz y de Walker Evans. No intente verlos con la plantilla cuadriculada de calcar, están allí cómo está la madera en un whisky o el blanco y negro en los recuerdos. Ya sabe que en esto de las influencias la pe con la a no suele ser pa, aunque nos gustaría. Estamos muy acostumbrados a las certezas que dan sentido, por llamarlo de alguna forma, a lo que hacemos. Hasta que las certezas se desvanecen y una pelota juega al tres en raya mientras las libélulas vuelan sobre la nieve.

Orden sí hay, aunque no se vea. Está en la pelota que se quedó allí como el cuadro de Baricco, en las sombras de mañana de otoño, en las líneas de color pintadas en una pared indiferentes a las letras amotinadas del grafitti. Ese equilibrio interno de la calle, aunque sea falso, nos hace creer en el orden natural de las cosas, en la construcción que siempre supone mirar el mundo por un visor. Aunque a no ser que usted pasee por Chernobyl, lo normal es ver gente por las calles.

viernes, 31 de octubre de 2014

El "chinebro" de las Coronas

LINO BIELSA.- El sol no tiene la fuerza suficiente para elevar la niebla, sigue esta rasando el suelo, y sobre ella el viejo "chinebro", no viejo por edad sino por el sufrimiento. En otro tiempo acompañado de olivos y almendros al albur de las inclemencias climáticas, pero siempre en compañías conocidas.

Cuando de tarde en tarde, en algún paseo vespertino pasaba a su lado, le veía crecer fuerte y hermoso con su verde vejiga intenso, hojas aciculadas fuertes, punzantes y bayas olorosas, destacaba sobre el resto por su porte erguido, casi mayestático.

Llego la eclosión vinícola al Somontano y todo se transformo en viñas; pero como somos muy ecológicos, arrancamos todos los árboles y como símbolo de nuestra sensibilidad se dejó el "chinebro" de muestra. Acto de conservadurismo y apaciguador de conciencias.

A nuestro "chinebro" le pusieron unas compañeras, de nombre Syrah, procedentes de un lugar extraño, sus orígenes son el valle del Ródano, aunque dicen que sus primeras luces las vieron en la lejana Persia, tierra de bárbaros según los griegos, de imperios y sátrapas. Shiraz, ciudad que le da nombre a la uva es la ciudad de la poesía, los jardines y los mausoleos a sus poetas, además fabrican un buen hojaldre en sus pastelerías, pero con un pequeño problema, todo huele a cordero, con cuya grasa se fabrica todo, desde el jabón a las grasas de pastelería, el aceite de oliva se acaba en Siria.

Siempre termino hablando de cosas ajenas al tema principal, estas digresiones deben ser cosa de la edad, o quizás me traiciona el subconsciente.

Bueno, estaba yo con mi paseo matutino, viendo brillar las hojas del "chinebro" por la humedad de la niebla y la luz rasante del sol, pero parte de él estaba seco y al acercarme, pude apreciar que dentro de pocos años sería solo un leño seco.

Sus actuales compañeras, eran convenientemente abonadas, regadas por goteo, podadas, mimadas para poder recoger su fruto; ahora comenzaban sus hojas a tener un colores rojizos desprendiéndose poco apoco de ellas para comenzar su sueño invernal. El "chinebro" se iba a quedar absolutamente solo con aquellas vecinas dormidas que al final le van a provocar la muerte.

¿A qué viene este rollo bucólico, ecológico, que dirían los modernos? La razón es nuestro Festival Fotográfico, que solo nacer lo veo ya medio muerto como el "chinebro" de Las Coronas., pero de forma más rápida. El "chinebro" hubo un tiempo en que tenía un entorno que le ayudaba a crecer, pero nuestro festival ha nacido en un medio hostil, no sin compañeros pero si escasos y por lo tanto avocado a su muerte o a una enfermedad crónica, que no se yo que es peor.

Una sociedad, ya sea fotográfica, de crápulas irredentos, bebedores de absenta, o protectores del ornitorrinco, solo tiene razón de ser por la actividad en defensa de su ideario y en el buen gobierno de la misma. Si no ya vemos lo que sucede cuando nos creemos estar en un mundo feliz y que todo funciona por una inercia benéfica, que los que están en la gobernanza ya saben lo que hacen y lo hacen muy bien, etc... Esta forma de actuar es la que genera nuestros sátrapas particulares o en el mejor de los casos el cansancio de los directores del cotarro.

Para evitar el endiosamiento de los césares, los romanos que conocían los vicios y las virtudes humanas, inventores junto con los griegos de ambas, cuando se proclamaba a un César, un esclavo portando una corona de laurel le iba diciendo: Recuerda que eres humano.

Dada la debilidad humana, cuando el que ejecuta un trabajo recibe solo parabienes, este se cree estar en posesión de la verdad. En un manifiesto titulado La Utilidad de lo Inútil de Nuccio Ordine Ya nos indica que: POSEER LA VERDAD MATA LA VERDAD.

Para que esto no suceda se hace imprescindible la participación de todos los elementos de la sociedad, los culpables de las dictaduras no solo son solo los dictadores, si no todos los elementos de la sociedad que no intervienen en el buen funcionamiento de la misma.

Por lo tanto, si no existe una mayor implicación por parte de los socios acabamos de asistir al natalicio y defunción de un Festival.

P.S. Como hay muchas veces que parece que no me sé explicar, esto no es una crítica a los que se han roto los cuernos haciendo posible la primer edición del Festival, si no a los socios que han estado ausentes, silentes o maledicentes sin ninguna aportación. Por que como dice la regla de San Benito Ora et labora.

martes, 20 de mayo de 2014

No aprendemos a callar

Lino Bielsa.- Sola, de una belleza vetusta, en un rincón de la tienda, se encontraba la cámara de un antiguo estudio fotográfico. Su visión atrae al amante de la fotografía y como la de cualquier amante conduce acariciar de objeto de atracción. Su fecha de fabricación debe rondar los albores del siglo XX o finales del XIX, para su más de un siglo, su aspecto es impresionable.

Uno que es un bocazas y bastante irreflexivo, manifiesta su interés en realizar una fotografía con semejante artilugio, solo decirlo sé que he metido la pata; la depositaria de la cámara acepta inmediatamente y me invita a su utilización.

Ahora no solo debe haber caricias, comienza una inspección a fondo de la cámara y sus componentes. El fuelle está bien, solo unas pequeñas grietas en la esquina de un pliegue que se resuelven con un poco de cinta aislante negra.

El objetivo con algún bollo que otro, es eso un objetivo que no tiene obturador, bueno comienzan los problemas. Intento mover el diafragma y se encuentra absolutamente bloqueado, las cortinillas del iris debe hacer una eternidad que no se mueven y la grasa que en su día las lubricaba se ha solidificado soldando las láminas. ¿Qué hacer? Primero desmontar el objetivo, solo quitar la lente anterior, coger un secapelos y calentar las láminas del diafragma para que la grasa se reblandezca, después de varios intentos el diafragma responde y con grandes esfuerzos se puede abrir y cerrar. Se vuelve a montar el objetivo y se continua la inspección, longitud focal 350 mm diafragma f/4,5 a f/45.

En la parte anterior hay dos agujeros que deben taparse, la cinta aislante vuelve a salvar el problema, en su día debieron ser los que utilizaba el soporte del obturador, hay en su inferior unos cables sueltos que se conectan a un enchufe exterior de baquelita de los tiempos de Edison.

No tenemos obturador, no tenemos tape del objetivo, este está bollado. ¿Cómo realizare la exposición? Si el día es un poco gris haciendo la foto a la sombra y empleando una placa de poca sensibilidad, puede ser que la exposición sea superior a 1 segundo, y con el fallo de reciprocidad alargar esta exposición a los 3 segundos, con lo que permite actuar con el tapón del objetivo.

Tras mil pruebas la única solución fue la ejecución de un tape realizado con paspartú negro y cartulina del mismo color reforzado todo con la inefable cinta aislante negra, este tapón se debía hacer de la suficiente profundidad unos 6 o 7 centímetros para que a pesar de la abolladuras no entrara luz una vez puesto.

Resueltos los problemas del frontal de la máquina se examina la placa de enfoque y el porta placas, Forman un conjunto montados sobre una corredera que una vez enfocado el conjunto se corre por una guía y se deja en lugar de la pantalla de enfoque el porta placas. Hasta aquí, todo bien, el porta placas se puede extraer del conjunto y es una obra de arte de la ebanistería posee una cortina de listoncillos de madera montados sobre una lonilla que obscurece el frontal de la placa hasta el momento de la exposición que debe abrirse, la parte posterior por donde se coloca la placa es un simple postigo de madera

Al examinar el porta placas se ve que está ejecutado para placas de vidrio, no para nuestra placas de celulosa u otros materiales plásticos, más delgados que el vidrio. El plano de la película debe coincidir con el plano de la pantalla de enfoque. Tenemos un  problema, las dimensiones del hueco para ubicar las placas era de 13x18 cm. Las placas que disponemos son de 4x5 “.

Pedro gotera y Otilio, chapuzas a domicilio se ponen en acción y después de dos días y viendo que el espesor de un paspartú negro coincidía con el espesor  de un vidrio sencillo que era el que se utilizaba para las placas de vidrio se realizo un montaje con unas pestañas de cartulina negra para sostener la placa de T-Max 400, la única que teníamos a mano, sabedores que esta alta sensibilidad nos causaría problemas ya que nos reducía mucho el tiempo de exposición.

Dado la alta sensibilidad de la película se debió investigar con utilizarla con una sensibilidad de 100 ISO. En la página de Digitaltruths encontré los tiempos de revelado para utilizar esta película con un ISO 100/200 y el revelador Xtol de Kodak. La pagina mencionada es muy recomendable.

Llega el día de gran prueba, Día de la Faldeta de Fraga. Nos trasladamos a fraga con el Comando Rufas, dispuestos hacer funcionar el artilugio infernal.

Necesitábamos un día gris con poca luminosidad para tener una exposición larga que nos absorbiese los errores, pues no, el día fue muy luminoso sin una nube y para que no se menease nada bien ventoso. La exposición que nos dió a la sombra fue f/45 t=1/4 segundos. Nada de lo que teníamos previsto, esto con un ISO 100. Hagamos lo que hagamos quitando y poniendo el tapón, por muy exacto que lo hagamos el error superará 100%. Por lo tanto la placa quedará sobreexpuesta y foto resultante será muy blanda.

No era un tiempo muy bueno pero había que intentarlo, había un escenario que simulaba una escuela antigua donde se sentaban los niños con el atuendo del día. Todo esto en plena calle y con un montón de gente, y claro a pesar del tamaño de la placa un 350 es un tele, por lo que nos tuvimos que poner en diagonal a la escena cortar la calle, montando el correspondiente numerito y realizar la exposición a ojo de 1/4 segundo quitando y poniendo el tapón del objetivo. Lo del tiempo es un eufemismo fue una exposición a suerte y ventura como los toreros.

Después del correspondiente revelado, lavado, secado, escaneado el resultado es el que se ve en la imagen, el movimiento de los críos es propio del tiempo de la exposición, el resto el viento,

Resumiendo: El resultado a pesar de todo fue mejor que lo esperado, siempre hay más problemas que los previsto, por lo tanto hay que meditar antes de hablar porque uno es dueño de sus silencios y esclavo de sus palabras.

Esta foto se realizó como homenaje de AFIB a nuestro apreciado Enric Filella.





domingo, 4 de mayo de 2014

De la sociedad del espectáculo y la fotografía

Lino Bielsa.- Despreciado el valor de la madurez, ignorada la infancia, sólo queda una eterna adolescencia inconsciente y caprichosa. Esta es la imagen de la sociedad actual, imagen apoyada no solo por el poder sino patrocinada por él y por todos los medios de incomunicación.

Solamente se debe hacer un recorrido por revistas, periódicos, radio, televisión... para reafirmar lo anteriormente dicho. Estamos rodeados de noticias en tal cantidad que no es comparable a lo que ha habido a lo largo de la existencia de la humanidad. A la vez no había existido tanta desinformación, provocada esta por la multitud de voceros, tertulianos sabelotodo, manipuladores de la realidad al servicio de determinadas ideas, que no quiero llamar poder, por estar el poder por encima de los actuales estados; no obstante han apoyado o denunciado según convenga, a los depredadores de los intereses de los ciudadanos.

Veamos la transformación de los últimos siglos. La Ilustración es famosa por matar a Dios y poner en su lugar al individuo, como ciudadano, (movimiento revolucionario promovido por la burguesía para tomar el poder; el pueblo aplaudió, ayudó y puso la mayor parte de la sangre).

Los ilustrados llegaron, después de ríos de sangre, a la conclusión de que el poder debía establecerse sobre tres pilares independientes, el poder legislativo, el ejecutivo y el judicial, idea defendida hasta la saciedad, porque todo poder debe tener un contrapoder que lo equilibre. No hablemos como se encuentra la independencia de estos en la actualidad. Hoy en día podríamos definir la organización del estado como una partidocracia cleptómana. Pero es que ni si quiera el estado tiene el poder, éste se encuentra más cerca de Davos, que de los parlamentos. Véase al servicio de quien terminan los presidentes de los estados. Si el fin de los presidentes de los gobiernos es terminar al servicio de los poderosos, pobre destino de los pueblos.

Podríamos hablar ahora de la época industrial, del ascenso del socialismo real, del anarquismo, y de infinidad de movimientos transcurridos en los dos últimos siglos pero todo ello solo conduce a alargar el texto, sin aportar nada nuevo. Se genera una teoría, se le aplaude, se desarrolla, la fagocita el gran capital y la prostituye, éste hace propaganda y ya está preparada la gran actuación.

Desde la muerte de las vanguardias no se aprecia ningún movimiento artístico que aporte novedad alguna, que provoque, que influya en la sociedad, solo existe un espectáculo en el que los propios espectadores son los actores, estamos en lo que algunos han definido como la sociedad del espectáculo, y como se puede apreciar un triste espectáculo.

Si nos abstraemos de los avances técnicos en la fotografía de lo analógico a lo digital y de la facilidad en la toma de las imágenes. ¿Qué ha hecho la fotografía en los últimos cuarenta años? Si, ya, las fotografías del hambre, los cadáveres de nuestras miserables guerras, las sonrisas de nuestros cortesanos, lo bonita que es la primavera o qué gracioso es el moco del crio.

Si esto es lo que queremos de la fotografía, vamos bien, incluso muy bien, pero si no es esto solamente lo que queremos debemos hacérnoslo mirar.

Según mi punto de vista la fotografía actual, salvo casos muy destacables, es el reflejo de la sociedad, es decir va detrás de la sociedad, y no tiene ninguna intención de provocar ni influir en esta, por lo que como dirían los modernos de los 60 del siglo pasado, la fotografía se ha convertido en un arte burgués y por lo tanto, en el lenguaje de los anteriores, en un arte decadente.

Por lo tanto creo que es función de las sociedades fotográficas, el abrir debates sobre este tema e intentar dilucidar los derroteros de la fotografía.

lunes, 3 de febrero de 2014

Un arma cargada de futuro


Antonio Lachós.- Algunos son optimistas, creen que ya hemos tocado fondo, que no se puede caer más bajo…

Y aquí es donde entran en juego las fotografías. Al parecer, el comité local de un partido político compartió un desayuno con periodistas (muestra inequívoca de independencia y rigor publicitario, perdón, informativo). Al parecer, es ese desayuno ese comité local compartió zumos envasados exclusivamente para el banco de alimentos (en minúsculas, que no tiene accionistas). Y es aquí donde aparece esta fotografía y las dudas desaparecen: los miembros del comité local de un partido político roban zumo del banco de alimentos. Y es en el preciso instante en el que vemos la fotografía cuando comprobamos que no hemos tocado fondo, que los chorizos siguen trabajando, que se sigue robando a los pobres para repartirlo entre los ricos.

Por supuesto, todo es presunto: los chorizos, el robo, la falta de vergüenza y de dignidad, las excusas y justificaciones… Lo único que es real es el zumo del banco de alimentos, ese mismo que aparece en la fotografía.

miércoles, 27 de noviembre de 2013

Del mecenazgo a la golfemia

Lino Bielsa.- La bohemia siempre ha tenido una potente atracción para la juventud y para algún que otro mayor con pintas, incluso sin pintas, valleinclanianas y falsas pretensiones libertarias, más cerca de la golfemia que de la libertad. 

Si repasamos la historia veremos claramente que la bohemia fue un movimiento de jóvenes burgueses que disfrazados de progresistas en el París de los finales del diecinueve y principio del veinte se juntaban a juerguearse casi todo el día y fumarse alguna pipa de opio en algún tabernucho de Paris. Hay que destacar que alguno ascendió de clase social dentro de este movimiento gracias a su genio. Dentro de la bohemia no solo existía esta clase social, hay quien divide esto en varios grupos que no vamos a entrar en ello; hubo auténticos bohemios que no quisieron entrar o no pudieron lo que entonces era, lo que hoy, el mercado, que se los devoró en la mugre parisina arrojándolos al Sena y de ahí a la mar, y ya sabemos que implica esto, el morir. Si tenemos poetas para todo, en este puñetero país. Bueno como esto es una opinión será discutible ¡discutamos! Pero que de la bohemia a la golfemia solo hay un paso: es más que cierto.

Bueno ya me he ido por los cerros de Úbeda, como diría aquel, yo quería hablar de la fotografía; siempre con lo mismo.

Están proliferando últimamente muchos protectores de la fotografía, patrocinando concursos fotográficos en defensa de almas puras, tortetas del lugarón, pan del horno de la bisabuela, aceite ecológico del barranco del villorrio, alpargatas crujideras de la jota… Todas ellas causas para mayor protección y conservación de nuestras raíces patrias, patria cada vez más pequeña y de pelaje más ralo y casposo.

Bueno, ya me he vuelto a pasear por los altos de Jalisco. A lo que íbamos tuerta. Se están realizando muchos concursos fotográficos en los que en sus bases se indica que el promotor del concurso, gran mecenas de la fotografía, se queda con todas las fotografías, con justificaciones de lo más variopintas, y siempre bajo el tufillo que lo hacen para apoyar la fotografía. Pues ¡GRACIAS! no protejáis algo que solo lo utilizáis para vuestro beneficio, ya sea por afán coleccionista o por utilitario para propaganda de vuestros entrañables productos locales. Para defendernos de estos solo lo podemos hacer nosotros y con una posición contundente, no presentarnos a este tipo de concursos. Ya lo decía mi abuela, hay gente que quiere la fanega y el radedor.

En otro estado de cosas, no debemos poner a todos los concursos en el mismo roscadero, ya me ha vuelto a salir la vena rural, los hay muy dignos, que merecen todo nuestro apoyo, en justa compensación al esfuerzo que organizar un concurso conlleva.