domingo, 4 de mayo de 2014

De la sociedad del espectáculo y la fotografía

Lino Bielsa.- Despreciado el valor de la madurez, ignorada la infancia, sólo queda una eterna adolescencia inconsciente y caprichosa. Esta es la imagen de la sociedad actual, imagen apoyada no solo por el poder sino patrocinada por él y por todos los medios de incomunicación.

Solamente se debe hacer un recorrido por revistas, periódicos, radio, televisión... para reafirmar lo anteriormente dicho. Estamos rodeados de noticias en tal cantidad que no es comparable a lo que ha habido a lo largo de la existencia de la humanidad. A la vez no había existido tanta desinformación, provocada esta por la multitud de voceros, tertulianos sabelotodo, manipuladores de la realidad al servicio de determinadas ideas, que no quiero llamar poder, por estar el poder por encima de los actuales estados; no obstante han apoyado o denunciado según convenga, a los depredadores de los intereses de los ciudadanos.

Veamos la transformación de los últimos siglos. La Ilustración es famosa por matar a Dios y poner en su lugar al individuo, como ciudadano, (movimiento revolucionario promovido por la burguesía para tomar el poder; el pueblo aplaudió, ayudó y puso la mayor parte de la sangre).

Los ilustrados llegaron, después de ríos de sangre, a la conclusión de que el poder debía establecerse sobre tres pilares independientes, el poder legislativo, el ejecutivo y el judicial, idea defendida hasta la saciedad, porque todo poder debe tener un contrapoder que lo equilibre. No hablemos como se encuentra la independencia de estos en la actualidad. Hoy en día podríamos definir la organización del estado como una partidocracia cleptómana. Pero es que ni si quiera el estado tiene el poder, éste se encuentra más cerca de Davos, que de los parlamentos. Véase al servicio de quien terminan los presidentes de los estados. Si el fin de los presidentes de los gobiernos es terminar al servicio de los poderosos, pobre destino de los pueblos.

Podríamos hablar ahora de la época industrial, del ascenso del socialismo real, del anarquismo, y de infinidad de movimientos transcurridos en los dos últimos siglos pero todo ello solo conduce a alargar el texto, sin aportar nada nuevo. Se genera una teoría, se le aplaude, se desarrolla, la fagocita el gran capital y la prostituye, éste hace propaganda y ya está preparada la gran actuación.

Desde la muerte de las vanguardias no se aprecia ningún movimiento artístico que aporte novedad alguna, que provoque, que influya en la sociedad, solo existe un espectáculo en el que los propios espectadores son los actores, estamos en lo que algunos han definido como la sociedad del espectáculo, y como se puede apreciar un triste espectáculo.

Si nos abstraemos de los avances técnicos en la fotografía de lo analógico a lo digital y de la facilidad en la toma de las imágenes. ¿Qué ha hecho la fotografía en los últimos cuarenta años? Si, ya, las fotografías del hambre, los cadáveres de nuestras miserables guerras, las sonrisas de nuestros cortesanos, lo bonita que es la primavera o qué gracioso es el moco del crio.

Si esto es lo que queremos de la fotografía, vamos bien, incluso muy bien, pero si no es esto solamente lo que queremos debemos hacérnoslo mirar.

Según mi punto de vista la fotografía actual, salvo casos muy destacables, es el reflejo de la sociedad, es decir va detrás de la sociedad, y no tiene ninguna intención de provocar ni influir en esta, por lo que como dirían los modernos de los 60 del siglo pasado, la fotografía se ha convertido en un arte burgués y por lo tanto, en el lenguaje de los anteriores, en un arte decadente.

Por lo tanto creo que es función de las sociedades fotográficas, el abrir debates sobre este tema e intentar dilucidar los derroteros de la fotografía.

1 comentario:

  1. Esta vez te has superado Lino. Cada día estás más lúcido. Y yo positivando fotos del siglo pasado...

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