Lino Bielsa.- Despreciado el valor de la
madurez, ignorada la infancia, sólo queda una eterna adolescencia inconsciente
y caprichosa. Esta es la imagen de la sociedad actual, imagen apoyada no solo
por el poder sino patrocinada por él y por todos los medios de incomunicación.
Solamente se debe hacer un
recorrido por revistas, periódicos, radio, televisión... para reafirmar lo
anteriormente dicho. Estamos rodeados de noticias en tal cantidad que no es
comparable a lo que ha habido a lo largo de la existencia de la humanidad. A la
vez no había existido tanta desinformación, provocada esta por la multitud de
voceros, tertulianos sabelotodo, manipuladores de la realidad al servicio de
determinadas ideas, que no quiero llamar poder, por estar el poder por encima
de los actuales estados; no obstante han apoyado o denunciado según convenga, a
los depredadores de los intereses de los ciudadanos.
Veamos la transformación de los
últimos siglos. La Ilustración es famosa por matar a Dios y poner en su lugar
al individuo, como ciudadano, (movimiento revolucionario promovido por la
burguesía para tomar el poder; el pueblo aplaudió, ayudó y puso la mayor parte
de la sangre).
Los ilustrados llegaron, después
de ríos de sangre, a la conclusión de que el poder debía establecerse sobre
tres pilares independientes, el poder legislativo, el ejecutivo y el judicial,
idea defendida hasta la saciedad, porque todo poder debe tener un contrapoder
que lo equilibre. No hablemos como se encuentra la independencia de estos en la
actualidad. Hoy en día podríamos definir la organización del estado como una
partidocracia cleptómana. Pero es que ni si quiera el estado tiene el poder,
éste se encuentra más cerca de Davos, que de los parlamentos. Véase al servicio
de quien terminan los presidentes de los estados. Si el fin de los presidentes
de los gobiernos es terminar al servicio de los poderosos, pobre destino de los
pueblos.
Podríamos hablar ahora de la
época industrial, del ascenso del socialismo real, del anarquismo, y de
infinidad de movimientos transcurridos en los dos últimos siglos pero todo ello
solo conduce a alargar el texto, sin aportar nada nuevo. Se genera una teoría,
se le aplaude, se desarrolla, la fagocita el gran capital y la prostituye, éste
hace propaganda y ya está preparada la gran actuación.
Desde la muerte de las
vanguardias no se aprecia ningún movimiento artístico que aporte novedad
alguna, que provoque, que influya en la sociedad, solo existe un espectáculo en
el que los propios espectadores son los actores, estamos en lo que algunos han
definido como la sociedad del espectáculo, y como se puede apreciar un triste
espectáculo.
Si nos abstraemos de los avances
técnicos en la fotografía de lo analógico a lo digital y de la facilidad en la
toma de las imágenes. ¿Qué ha hecho la fotografía en los últimos cuarenta años?
Si, ya, las fotografías del hambre, los cadáveres de nuestras miserables
guerras, las sonrisas de nuestros cortesanos, lo bonita que es la primavera o
qué gracioso es el moco del crio.
Si esto es lo que queremos de la
fotografía, vamos bien, incluso muy bien, pero si no es esto solamente lo que
queremos debemos hacérnoslo mirar.
Según mi punto de vista la
fotografía actual, salvo casos muy destacables, es el reflejo de la sociedad,
es decir va detrás de la sociedad, y no tiene ninguna intención de provocar ni
influir en esta, por lo que como dirían los modernos de los 60 del siglo
pasado, la fotografía se ha convertido en un arte burgués y por lo tanto, en el
lenguaje de los anteriores, en un arte decadente.
Por lo tanto creo que es función
de las sociedades fotográficas, el abrir debates sobre este tema e intentar
dilucidar los derroteros de la fotografía.
Esta vez te has superado Lino. Cada día estás más lúcido. Y yo positivando fotos del siglo pasado...
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